viernes, 28 de agosto de 2009

Instrución pública en el porfiriato.

Historia y Política de la Educación en México.- 1.-De la República restaurada a la Revolución mexicana
Subtema: La instrucción pública en el porfiriato

Lectura. José Antonio Carranza Palacios, 100 años de educación en México, 1900-2000,
México, Noriega Editores, 2004, pp. 17-23

La educación al iniciar el siglo XX
Durante el Porfiriato se alcanzaron importantes logros en la educación. Las condiciones económicas del país eran difíciles y, por consiguiente, se afrontaban problemas sociales y políticos que repercutían en la educación. Sin embargo, los esfuerzos realizados fueron importantes y sirvieron de modelo para la obra educativa del siglo XX.
En 1982 fue nombrado secretario de Justicia e Instrucción Pública don Joaquín Baranda, en atención a sus méritos y a la necesidad de dar una nueva fisonomía a la secretaría de Estado encargada de la instrucción. Baranda ha sido el único funcionario que ha durado 19 años al frente de una secretaría encargada de la educación. Fue designado por el presidente Manuel González, ratificado por el presidente Porfirio Díaz, en 1884, y continuó hasta 1901. Baranda era partidario del positivismo. Protegió la enseñanza basada en la ciencia, y fortaleció las humanidades. Contó con un notable equipo de colaboradores: Manuel Flores, Enrique Laubscher, Luis E. Ruiz y Alberto Lombardo.
Con la creación de la Escuela Normal se hizo necesaria la unificación de los sistemas educativos para todo el país. Baranda gestiona ante la Cámara de Diputados la elaboración y promulgación de una ley que garantizara el derecho del Estado para conducir la educación nacional.
A finales de 1889, Baranda organiza un gran congreso educativo: el Primer Congreso Nacional de Instrucción Pública, llamado por el propio Baranda “Congreso Constituyente de la Enseñanza”, del 1 de diciembre de 1889 al 31 de marzo de 1890. Don Joaquín Baranda fue designado presidente honorario; Justo Sierra, presidente de los trabajos; Enrique Rébsamen, vicepresidente; Luis E. Ruiz y Manuel Cervantes, secretario y prosecretario, respectivamente.
Con el propósito de atender los numerosos problemas planteados se crean 26 comisiones por temas: “Enseñanza elemental obligatoria”, “Escuela de párvulos”, “Escuela de adultos” y “Escuelas de Instrucción Primaria Superior”. Las comisiones trabajaban y producían sus conclusiones que presentaban al pleno para debate, discusión y aprobación, en su caso. Algunos de los acuerdos más importantes fueron los siguientes:

a) Sobre educación primaria
· . Es posible y conveniente un sistema nacional de educación popular, teniendo por principio la uniformidad de la instrucción primaria obligatoria, gratuita y laica.
· . La enseñanza primaria elemental debe recibirse desde los 6 hasta los 12 años.
· . La enseñanza primaria elemental será de cuatro cursos o años escolares.
· . La enseñanza primaria elemental comprenderá: moral práctica, instrucción cívica, lengua nacional, lecciones de cosas, aritmética, nociones de ciencias físicas y naturales, nociones prácticas de geometría, nociones de historia patria, dibujo, canto, gimnasia y labores manuales para niñas.
· . La instrucción primaria establecida en el artículo 4º de la Ley de 1888 no es bastante para continuar después con estudios preparatorios, por lo tanto se necesita integrarla por medio de una educación primaria superior.
· . La enseñanza primaria elemental más la primaria superior será de seis años.
· . La enseñanza primaria superior se dará en dos años y comprenderá: instrucción cívica, lengua nacional, nociones de ciencias físicas y naturales, nociones de economía política y doméstica, aritmética, nociones prácticas de geometría, nociones de historia general, caligrafía, música vocal, gimnasia, ejercicios militares y francés e inglés, asignaturas, estas dos, voluntarias.

b) Sobre escuelas rurales
· En cada agrupación de 500 habitantes se debe establecer una escuela de niños y otra de niñas.
· La organización de las escuelas, su inspección y vigilancia, el local, el mobiliario, los programas y métodos serán los que se adopten para las demás escuelas oficiales.
· .Se establecerá el servicio de enseñanza elemental obligatoria por medio de maestros ambulantes y como escuelas mixtas en aquellas poblaciones con menos de 200 habitantes y que se encuentren a más de tres kilómetros de algún centro escolar.
· Son escuelas rurales las que se establezcan en haciendas, rancherías y núcleos de población que no sean cabecera municipal.


c) Sobre escuelas de párvulos
· Las escuelas e párvulos se destinan a la educación de los niños entre 4 y 6 años con el objeto de favorecer su desenvolvimiento físico, intelectual y moral.
· Cada profesora debe tener a su cargo un máximo de 30 párvulos.
· Las asignaturas serán: juegos libres y gimnásticos, dones de Froebel, trabajos manuales y de jardinería, conversaciones maternales y canto.

d) Sobre escuelas de adultos
· Es necesario proveer a través de escuelas de adultos, de la enseñanza elemental a los que no hayan podido instruirse en la edad escolar.
· .Es convenirte que esta enseñanza sea obligatoria en los cuarteles, las cárceles y casas de protección y corrección, y que se curse en un periodo de cuatro a seis años.
· En las escuelas de adultos libres, la enseñanza se hará en dos grados, estando servidos por un solo profesor; cuando hubiese más de uno, se podrán establecer hasta cuatro grados, procurando en lo posible que cada grado esté a cargo de un maestro.
· . Las escuelas de adultos deberán encargarse también, dentro de su órbita, de cooperar con la instrucción técnica de los obreros.
· Cuando sea posible, se establecerán bibliotecas en los lugares donde haya escuelas primarias elementales.

En este primer congreso se establecieron otros acuerdos sobre diversos temas, todos ellos conducirían el rumbo de la educación durante los siguientes 80 años.
De acuerdo con una de las resoluciones del primer congreso, y al no haberse resuelto algunos puntos, Baranda convoca a un segundo congreso. Estos trabajos comenzaron el 1 de diciembre de 1890 y se clausuraron tres meses después. La directiva del congreso nombra otra vez como presidente a Justo Sierra y a Luis E. Ruiz como secretario. Los principales acuerdos del segundo congreso fueron:

a) Sobre la enseñanza elemental obligatoria
· Los libros de texto deberán estar conforme, en cuanto a su asunto, con el programa educativo vigente en el momento de su adopción.
· .El sistema Lancasteriano, o modo mutuo de organización, debe desterrarse de nuestras escuelas públicas.
· .Habrá tantos maestros como grados escolares.
· . Queda prescrita en las capitales y grandes centros de población la escuela de un solo maestro.
· .El método que debe emplearse en las escuelas primarias elementales es el que consiste en ordenar y exponer las materias de enseñanza, de tal manera que no sólo se procure la transmisión de conocimientos, sino que a la vez se promueva el desenvolvimiento integral de las facultades de los alumnos.
· . El precepto de la enseñanza gratuita exige que las autoridades provean de los útiles necesarios a todos los alumnos de las escuelas primarias oficiales.
· .No se admitirá en la escuela primaria elemental a niños menores de seis años.

b) Sobre escuelas normales
· Todas las entidades federativas de la República deben establecer escuelas normales para profesores y profesoras de instrucción primaria.
· Las escuelas normales de las diversas entidades federativas serán uniformes.
· El plan de estudios de las escuelas normales de profesores comprenderá tanto las materias preparatorias, como los estudios profesionales indispensables para que los maestros normalistas pongan en práctica las resoluciones concernientes a la uniformidad de la enseñanza primaria.
· Los cursos deberán durar tres años para los profesores de instrucción primaria elemental y cinco para los de instrucción primaria superior, más los seis meses de práctica final.
· A fin de generalizar la práctica de los métodos modernos en las escuelas del campo, e establecerán en las esculas de las cabeceras municipales, cantón o distrito en que haya maestros competentes, cursos, prácticas de metodología a los que concurrirán los maestros de las escuelas inmediatas.

c) Sobre la instrucción preparatoria

· La enseñanza preparatoria será uniforme para todas las carreras.
· Debe ser uniforme en toda la República.
· .Debe durar seis años.
· .Debe comenzar por las matemáticas.
· .Debe concluir por la lógica, consistente en la sistematización de los métodos científicos, con entera exclusión de todo concepto teológico o metafísico.
· Las carreras que exigen estudios preparatorios completos y uniformes son las que se cursan en las escuelas especiales de jurisprudencia y notariado, medicina y farmacia, agricultura y veterinaria y de ingenieros de minas, civiles, arquitectos, electricistas, geógrafos y topógrafos; y dichos estudios no deben hacerse en estas escuelas especiales sino en las preparatorias.
· La enseñanza preparatoria debe ser gratuita.

Durante el porfiriato se nota una abierta definición con respecto a la responsabilidad del Estado en materia educativa. En 1891 se promulga la ley reglamentaria que otorga facultades al Estado para intervenir en la educación pública, y dispone la instrucción primaria elemental como obligatoria, laica y gratuita en las escuelas oficiales. Dicha ley establece la constitución de comités de vigilancia para que los padres de familia y tutores cumplan con la obligación de enviar a los niños a las escuelas.
Baranda renuncia por razones políticas en 1901, y Porfirio Díaz designa a Justino Fernández como ministro de Justicia e Instrucción Pública y, para encargarse de lo educativo, nombra a Justo Sierra como subsecretario. En 1904, Díaz es reelecto y crea la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, cuyo primer titular fue el propio Justo Sierra, de 1905 a 1911.
Obra de gran trascendencia es, sin duda, la refundación en 1910 de la Universidad Nacional de México, adscribiéndole las escuelas profesionales y de bellas artes y también, desde entonces, la Escuela Nacional Preparatoria.
Al iniciarse el siglo XX el país tenía cerca de 13 millones de habitantes, de los cuales 3 millones estaban en edad escolar pero sólo se atendían 800 mil en 1 180 escuelas, principalmente en áreas urbanas grandes. Para 1910, de acuerdo con el censo, 78% de la población era analfabeta.
No obstante su expresa responsabilidad educativa, el gobierno de Porfirio Díaz mantiene reservad la educación a las clases privilegiadas de las zonas urbanas, motivando con ello el surgimiento de las primeras ideas de la educación popular. El ideal de que la educación debe responder al principio de justicia social y contribuir a despertar la conciencia del hombre libre, lleva al Partido Liberal Mexicano a proponer las bases de una reforma educativa orientada a la educación de trabajadores campesinos.
Dicha reforma proponía la multiplicación de escuelas primarias; la obligación de impartir enseñanza laica en todo el país, tanto en escuelas de gobierno como particulares; la obligatoriedad de la instrucción hasta la edad de 14 años; así como la enseñanza de artes y oficios, la instrucción militar y la instrucción cívica, ideales que sin duda estarían plasmados en la educación del México posrevolucionario.

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