miércoles, 2 de diciembre de 2009

Las reformas salinistas de la educación bàsica

Son tres artìculos tomados de la revista Educaciòn 2001, escritos por el académico Gomez Nashiki,

______________________________________________________________


LAS REFORMAS A LA EDUCACION BÁSICA EN EL SEXENIO SALINISTA (I)

Modernización en los programas educativos

Antonio Gómez Nashiki

Tal vez como en ningún otro sexenio, el gobierno de Carlos Salinas de Gortari se caracterizó por los cambios que se sucedieron vertiginosamente en la administración pública. Algunas secretarías dejaron de existir, otras se fusionaron y hubo reacomodos y ceses en el gabinete. Sólo seis de los secretarios, que originalmente fueron nombrados, se mantuvieron en el cargo_ en el caso de la SEP cuatro secretarios ocuparon dicho puesto-. Se crearon varios programas y comisiones, por ejemplo el Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL), la Comisión Nacional del Deporte (CONADE), el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) o la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

Su política se orientó bajo la idea de promover una “Política modernizadora” que tocara todos los ámbitos de la vida nacional, con el fin de insertar a México en el nuevo contexto internacional. La muestra más clara de esta política fue la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá.

La educación pública no fue la excepción. En términos del Programa para la Modernización Educativa 1989-1994, se necesitaba para lograr la “excelencia educativa”:

Reconsiderar los contenidos teóricos y prácticos que se ofrecen en el sistema educativo… (y para ello) se debe promover el paso de contenidos informativos que suscitan aprendizajes fundamentalmente memorísticos a aquéllos que aseguren también la asimilación y recreación de valores, el dominio y uso cada vez más preciso y adecuado tanto de los diversos lenguajes de la cultura contemporánea como de métodos de pensamiento y acción que han de confluir en el aprendizaje.

Los cambios que se sucedieron estuvieron marcados, significativamente, por la idea de poner al día los grandes problemas en materia educativa entre los que, por cierto, había una lista muy grande de fracasos y deterioros en todos los niveles

Así, el origen de la reforma educativa tuvo como eje y punto de partida la reformulación de los contenidos educativos, pues se consideraban obsoletos dentro de la estrategia de la nueva política educativa, que privilegiaba elevar la calidad de la educación básica y requerían una revisión profunda, ya que no habían sido modificados en 20 años. Además de que ya mostraban signos de agotamiento; un dato significativo fueron los resultados de distintas evaluaciones hechas por parte de la SEP (Dirección de Evaluación y Revalidación) en las que se registraba la dificultad por parte de los maestros en el manejo de los contenidos organizados por área y los bajos rendimientos educativo.

Los cambios que se sucedieron estuvieron marcados, significativamente, por la idea de poner al día los grandes problemas en materia educativa entre los que, por cierto, había una lista muy grande de fracasos y deterioros en todos los niveles. El esfuerzo en los niveles básicos –primaria y secundaria-, se concretaría con el fin de afrontar los nuevos retos de la globalización.

La primera reforma educativa del sexenio
Al inicio del sexenio, el secretario de Educación Pública fue Manuel Bartlett, ex secretario de Gobernación en el régimen de Miguel de la Madrid, quien realizó una de las consultas educativas más amplias de las que se tenga memoria, que se tradujo paralelamente en un enorme diagnóstico sobre la situación educativa del país y en la base para la redacción del programa de Modernización Educativa. Vale recordar que una de las conclusiones más importantes del documento es que puso en claro una de las grandes debilidades:; el desfase existente entre la escolaridad y lo que en realidad se aprende, así como los altos niveles de deserción y rezago que presentaba la escuela primaria.

Fruto de la consulta y de la aplicación propiamente de la política educativa fue el documento: Nuevo modelo pedagógico, que se entregó al Consejo Nacional Técnico de la Educación (CONALTE)1 el 29 de agosto de 1990.

El modelo consistía en la organización dinámica de la educabilidad del individuo y la sociedad en función de sus relaciones. Para lograr tal organización, se especifican cuatro elementos clave:

• Sus fines últimos (filosofía)
• Su ordenamiento interno (teoría)
• Su orientación práctica (política) y
• Su puesta en operación (proceso educativo)2
Una vez con la propuesta en sus manos, el CONALTE inició una segunda consulta sobre la prueba piloto (consistió en aplicar los nuevos contenidos en alrededor de 300 escuelas del D. F. con el objetivo de conocer cómo era recibido por alumnos y maestros).

El mecanismo utilizado para implementar el proceso fue la “metodología participativa” como se le denominó a la participación de 921 mil trabajadores de la educación:

Se emprendió la consulta para integrar la opinión y las sugerencias de los consejos técnicos por escuela, zona, sector y entidad, en cédulas de trabajo y en un total de 84 mil 324 reuniones locales y cinco reuniones nacionales.3

A simple vista parecía que la reforma había logrado ciertos consensos claves para iniciarla, sin embargo, esto no trascendió, debido a razones que la hicieron fracasar y terminaron el Nuevo Modelo Educativo y consecuentemente la reforma:

1. la consulta acerca de la reforma se realizó con base en cédulas de trabajo que se entregaron a los maestros, lo cual limitó la participación de las opiniones, así como la participación de otros sectores de la sociedad.
2. La “metodología participativa” intentó dar a la reforma un sustento y un aval, es decir, se invitaron a varias instituciones educativas a dar sus opiniones; sin embargo, nunca se conoció cuáles habían sido sus aportaciones o críticas, así como tampoco cuál fue la metodología para procesarlas. Entre las principales ideas que se conocen por su consistencia y rigor, figuran las del Centro de Estudios Educativos y el Departamento de Estudios Educativos del CINVESTAV.IPN.
3. El modelo siempre se mantuvo en una línea propositiva o más bien, con una intención de protegerse contra toda crítica futura, pues decía: “…todos los elementos del programa para la modernización son simples elementos para el diálogo”.4 Esta actitud marcada insistentemente en el documento daba la impresión de ser un borrador y no un documento final, base de una reforma educativa nacional.
4. El movimiento magisterial de 1989 dio como resultado entre otras cosas la caída de Carlos Longitud, dirigente de Vanguardia Revolucionaria, así como la intensa actividad de los disidentes a través de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), y que sensibilizó notablemente al gremio ante cualquier tipo de acción por parte del gobierno.5
5. La relación del secretario de Educación con la dirigencia del SNTE, nunca fue buena: uno de los puntos que dio inicio a esta situación y que mantuvo permanentemente en conflicto a las dos partes que la dirigencia acusó al secretario de engañarlos, pues mientras la SEP negociaba con el SNTE, la reforma ya estaba en marcha con la famosa Prueba Operativa en varias escuelas.6 otro de los aspectos más citados por los profesores fue la formación académica del secretario: “no es un maestro”; “no conoce el gremio”; es un policía”, se decía.
6. La reforma educativa planteada nunca tocó la estructura político-administrativa de la secretaría, puesto que no se realizó ninguna propuesta para modificar la relación con los estados.
7. nunca se modificó la distribución de las facultades de decisión entre los distintos niveles de autoridad del sistema educativo, todo se mantuvo bajo el esquema centralista en la toma de decisiones, tal y como Vasconcelos lo concibió originalmente.
8. No se planteó una estrategia de descentralización acorde para el sistema educativo nacional.
9. La reforma no contó con una estrategia informativa adecuada, lo que se tradujo en una confusión para gran parte de los sectores de la sociedad, inclusive de los mismos maestros que participaron en la primera etapa de la reforma.
10. La receptividad negativa de la reforma por parte de los maestros fue inmediata: “nunca nos toman en cuenta”, declararon varios de los mentores durante la experiencia de la prueba operativa realizada, paralelamente, junto con la presentación del modelo. Este fue el argumento más socorrido por los maestros para atacar la reforma.
11. La reforma sólo se ocupó de los contenidos educativos, utilizando métodos de enseñanza-aprendizaje muy sofisticados, por ejemplo, la parte dedicada al desempeño del docente:

Aplicar esquemas coherentes de relaciones que respondan de forma particular y en situaciones concretas a supuestos de orden filosófico, moral, social, político, económico y científico…7
Que dejaba de lado el aspecto denominado político de la reforma, es decir, la negociación de los consensos con otros sectores de la sociedad y, principalmente, con los maestros.

El 7 de enero de 1992 Manuel Bartlett dejó la SEP, interrumpiéndose el camino de la reforma. Varias de las acciones implementadas nunca probaron su utilidad ni tampoco justificaron su existencia, ya que quedaron truncadas.

Porcentaje de eficiencia Terminal en educación primaria a nivel nacional, 1988-1995
AÑO ESCOLAR EFICIENCIA TERMINAL DESERCION
1988-89 55 5.3
1989-90 56.1 5.7
1990-91 56.4 5.3
1991-92 58.1 4.6
1992-93 59.9 4.1
1993-94 61.1 3.6
1994-95 61.9 3.3


____________________________________________________________________________

Notas

1 CONALTE, Nuevo Modelo Educativo, Documento interno de trabajo, 30 de agosto de 1990.
2 CONALTE, op. Cit. P. 10.
3 El Nacional, 30 de agosto de 1990
4 Presentación del Nuevo Modelo Educativo, SEP, 29 de agosto de 1990.
5 Véase Alberto, Arnaut, “Afrontando la crisis de la profesión (1988.1994)”, en Historia de una profesión, CIDE, México, 1996, pp. 181-202.
6 Véase Guillermo Trejo, “La reforma educativa en México: ambivalencia frente al cambio”, en El desafío de la reforma institucional en México, Riordan Roett, compilador, Siglo XXI, México, 1996, pp. 155-180.
7 E. Moctezuma Barragán, La educación pública frente a las nuevas realidades, Col. Una visión de la Modernización de México, FCE, México, 1993, p. 153.

No hay comentarios:

Publicar un comentario