El autor reconstruye la polémica que tuvo lugar a mediado de los 70's a propòsito de los libros de Ciencias Naturales y Ciencias Sociales, respectivamente.
1975. LA POLÉMICA DE LOS LIBROS DE TEXTO GRATUITOS
Antonio Gómez Nashiki*
Revista Educación 2001 Núm. 40
Septiembre 1998
El difícil contexto
Desde las primeras declaraciones de Luís Echeverría como candidato electo a la Presidencia de la República se hicieron los anuncios correspondientes para llevar a cabo una reforma educativa “profunda” e “integral” en todos los niveles y ámbitos, pero siempre distanciándose de la iniciada por Díaz Ordaz, en un difícil contexto en el que la sombra del movimiento estudiantil de 1968 y, desde luego, Tlatelolco, estaban presentes. El candidato afirmaba:
“Todos nuestros problemas desembocan o se relacionan con uno solo: el de la educación… Ningún avance económico, ninguna mejoría social son posibles sin la educación popular, sin que lleguen al pueblo los beneficios de la cultura en sus diversos niveles… realizaremos una reforma educativa profunda e integral…”
Las primeras acciones del sexenio en materia educativa iniciaron con una encuesta nacional aplicada a los maestros de educación primaria para recopilar opiniones y críticas en torno a su quehacer cotidiano. Los resultados arrojaron, entre otras conclusiones, las siguientes:
“1. Elaborar un plan de estudios y unos programas de aprendizaje más acordes con la realidad nacional socioeconómica del país, y con los intereses de los educandos.
“2. Aplicar una metodología que se aparte del verbalismo y de la enseñanza libresca para que el educando deje de ser un memorizador de conceptos y sea, en cambio, una persona que razone y comprenda la esencia de los mismos.
“3. Diseñar el contenido de nuevos textos que realmente faciliten la enseñanza y transmitan el pensamiento científico contemporáneo conforme a una estructura didáctica actualizada.
“4. Revisar la formación de los profesores y promover su actualización científica y pedagógica.”
Más aún la idea de reformar los libros de texto se convirtió en una meta gubernamental pública al declarar el Subsecretario de educación primaria y normal en 1971, Ramón G. Bonfil, que los textos de 1962 se sustituirán por nuevos libros con sistemas pedagógicos y orientaciones más adecuadas a las necesidades del país.
Nuevos planes y programas de estudio
Apoyados en la consulta al magisterio se reformularon los planes y programas, las diferencias más significativas eran que se dirigían al niño en abstracto, y no al niño mexicano como lo hacían los libros del periodo de López Mateo; además, los ejes centrales de los planes de 1957 como eran el mexicano, la familia mexicana y la nación mexicana, fueron modificados bajo la orientación de que las nuevas generaciones deberían asumir su aprendizaje, además de darles una conciencia histórica, y desarrollar en ellas una actitud científica ante el mundo.
La elaboración de la segunda generación de libros corrió a cargo de instituciones y de especialistas provenientes de El Colegio de México y del centro de estudios Avanzados del Instituto politécnico Nacional que, convocados por la SEP expresamente y sin realizar concurso público, realizaron el trabajo en un corto tiempo.
Los nuevos planes y programas se elaboraron de acuerdo con cinco criterios específicos:
“1. El carácter permanente de la educación, la cual se inicia con el nacimiento y está presente a lo largo de toda la vida.
“2. La actitud científica, que consiste en la capacidad de observar y registrar, examinar y revisar, formular juicios tentativos rechazando el dogmatismo y desarrollando el sentido crítico.
“3. La conciencia histórica, necesaria para explicar el presente en función de cambios del pasado y para prevenir el futuro.
“4. La relatividad, por lo que todo debe verse como sujeto a revisión y reelaboración; es importante tanto para la adaptación al cambio permanente como para el desarrollo de la tolerancia que garantice una convivencia pacífica.
“5. El acento en el aprendizaje, ya que en él- y no en la transmisión de la información- se basa el proceso educativo. Por esto se hace hincapié en que los estudiantes ‘aprendan a aprender’.
Los programas constaban de siete áreas programáticas: Español, Matemáticas, Ciencias sociales y Ciencias Naturales, y tres complementarias: Educación Física, Artística y Tecnológica. Una diferencia significativa con los libros de 1962 es que éstos se basaron en los programas de 1957 y no en los de 1961, situación que en su momento desconcertó enormemente al magisterio. La propuesta de los nuevos libros se elaboró de acuerdo con los programas creados expresamente para ello.
En 1972 aparecieron los libros de los dos primeros años de educación primaria. Aunque se registraron dos pronunciamientos en contra, uno del Movimiento Revolucionario del Magisterio, y el otro del Partido Comunista Mexicano, no tuvieron trascendencia. La primera edición del libro de sexto año de Ciencias Sociales, por su parte, no logró llegar al público en general; la edición la detuvo Roger Díaz de Cosío, subsecretario de Planeación Educativa. Las razones fueron que la edición fue fuertemente criticada por algunos intelectuales, entre ellos Víctor Flores Olea, director de la Facultad de Ciencias Políticas y sociales de la UNAM; Julio Scherer García, director general de Excélsior (1968-1976) y Fernando Pérez Correa, secretario general de la UNAM, incluso, se llegó a decir que si la edición aparecía como tal se convertiría en una franca provocación para algunos sectores y daría lugar a pugnas en contra del gobierno. La decisión fue realizar una nueva edición corregida. Entre las modificaciones que sufrió el texto original se pueden citar, entre otras, la eliminación de la referencia a los dirigentes de la toma del cuartel Moncada en Cuba, la inclusión del conflicto palestino-israelí, de Juan XXIII y de John F. Kennedy, con la finalidad de “mantener cierto equilibrio, y al mismo tiempo, restar fuerza a otros movimientos sociales…”.
Ley Federal de Educación
En 1973, el Presidente envió una iniciativa para modificar la Ley Federal de Educación vigente desde 1941. Entre algunos de los puntos que de inmediato causaron la reacción –aún antes de ser aprobada- de la Asociación Nacional de Padres de Familia (UNPF), la Iglesia católica y el Partido Acción Nacional (PAN), están los que se refieren a la consolidación del control estatal de la educación. En el artículo 8º, la ley señalaba que la educación que impartiera el Estado y toda la educación primaria, secundaria y normal y la de cualquier tipo destinada a obreros y campesinos, se mantendría por completo ajena a cualquier doctrina religiosa y, basados en los resultados del proceso científico, lucharía contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios. El artículo 9º señalaba también que las corporaciones religiosas, los ministros de los cultos, las sociedades por acciones que, exclusiva o predominantemente, realicen actividades educativas y las asociaciones o sociedades de cualquier credo religioso, no intervendrán en forma alguna en planteles en que se imparta educación primaria, secundaria y normal y la de cualquier tipo o grado destinada a obreros y campesinos. Prescribe que sea el Estado el que otorgue, niegue o revoque tanto: a) la autorización a los particulares para impartir educación primaria, secundaria y normal y la de cualquier tipo o grado destinada a obreros y campesinos y b) la validez oficial a estudios distintos de los anteriormente especificados.
En medio de una intensa polémica, la ley fue aprobada el 29 de noviembre de 1973, y entró en vigor 15 días después; sin embargo, los sectores movilizados en este momento volverían a tener una fuerte presencia dos años después, manifestándose en contra de la puesta en circulación de los nuevos libros de texto gratuito.
Los nuevos libros
Libro de Español. Lecturas: en este libro se introduce un enfoque lingüístico, basado en la gramática estructural. La primera dificultad que tuvieron que resolver los autores que proponían el método global del análisis estructural (lectoescritura) era la opinión de los docentes que querían seguir enseñando el método fonético; una resistencia que tardaría varios años en aceptarse.
Libro de Lecturas: fue elaborado a partir de fragmentos de la más “selecta literatura” universal por especialistas de El Colegio de México, con la finalidad de enriquecer la capacidad de expresión oral; desarrollar la habilidad para estructurar el pensamiento, la sensibilidad y creatividad estética a través de la lengua, entre otros.
Libro de Ciencias Sociales: el texto trataba de situar al niño en el contexto mundial; destacando la importancia de los movimientos de liberación nacional del siglo XVIII; denunciando las opresiones del llamado tercer mundo; convirtiendo en temas importantes los fenómenos sociales como la revolución cubana, la guerra de Vietnam, la revolución china, o bien determinados personajes como Fidel Castro Ruz, Che Guevara, Mao, Ho Chi Minh; y presentar una posición crítica respecto de los regímenes totalitarios, tanto de derecha como de izquierda.
Libro de Ciencias Naturales: el libro de sexto año, dirigido a estudiantes de 12 años, incluía la educación sexual y mencionaba los fenómenos de la pubertad, eyaculación y menstruación, así como las modificaciones de los cuerpos de los niños y niñas en ese periodo, sin embargo, no describía el papel del padre en la generación. Las opiniones del texto se detenían en el aspecto fisiológico del sexo y dejaban de lado el aspecto emocional. Respecto de las prácticas sexuales del adolescente –mencionadas en el libro del maestro-, se decía que eran normales. El texto se mantenía en el plano informativo solamente.
La polémica
Entre los meses de enero y febrero de 1975 se inicia una serie de ataques en la prensa a los nuevos libros. La discusión se centraba sólo en dos de los libros, el de Ciencias Sociales y el de Ciencias Naturales. Los ataques provenían principalmente de la UNPF, la iniciativa privada y la Iglesia católica que, a través de varios desplegados intentaron refutar y modificar el contenido de los libros. Sin embargo, un antecedente de la polémica se da a finales de 1974 e inicios de 1975 cuando se realiza una reunión privada en Monterrey, en la que participan por parte del gobierno Víctor Bravo Ahúja, secretario de la SEP; Porfirio Muñoz Ledo, secretario del Trabajo y representante personal del presidente, y Roger Díaz de Cosío, subsecretario de Planeación Educativa. Por parte de los empresarios regiomontanos, asistió el director del grupo Alfa y la representante de la UNPF. “Muñoz Ledo es nombrado por Echeverría para que vigile las modificaciones a la edición. En ellas se incluyen las solicitadas por el grupo Monterrey y la UNPF, principalmente. Las reformas se hacen de tal manera que pasan la censura, pero los libros guardan y cumplen los fines que perseguían. Por ejemplo, se pedía que se quitara la foto de Mao; si bien se retira la que estaba, en su lugar se pone otra de Mao joven…De la misma manera, la foto del ‘Che’ Guevara se logró introducir en un timbre cubano… para matizar la presencia de Marx, Darwin, Freíd …se introducen a muchos otros personajes: Marie Curie, Claude Bernard y científicos que no están identificados a ninguna corriente ideológica…” El argumento de los detractores se guiaba por el criterio de eliminar lo que se consideraba peligroso, socializante, comunizante o ateo.
Incluso, los mismos argumentos ya discutidos siguieron utilizándose en los inicios de 1975, por ejemplo, en un sendo desplegado del Centro Patronal de Nuevo León, decía al respecto: “El contenido… es negativo y antinacional por el enaltecimiento que hace de héroes de otros países ,” otro ejemplo es el de la UNPF que en un largo desplegado señala entre otras cosas la “tendencia socializante” 1. La riqueza es producto invariable del despojo y de la explotación…3. Los ricos son siempre malos y los pobres son siempre buenos… 6. Las personas y países socialistas son lo mejor que existe; ahí hay heroicidad, bondad, justicia, bienestar absoluto; los demás son ladrones, asesinos, o por lo menos insignificantes: China Socialista es lo máximo… 11. En una palabra, la única organización política buena para la mayoría es la de los Estados Socialistas, que según la teoría, son los Soviets o Consejos de “trabajadores” los que gobiernan, y hacen en forma eficaz y hasta apostólica… Concluimos, categóricamente, que el libro de Ciencias Sociales de sexto año es socializante. El plan está muy bien elaborado: al estudiante le meten en la cabeza el ideal del comunismo como óptimo… y le ocultan que el él se niega la existencia de Dios y del alma humana …”.
Si para los libros de Ciencias Sociales existieron críticas, para los de Ciencias Naturales los pronunciamientos en contra no se hicieron esperar. El centro del ataque en estos materiales fue el tema de la educación sexual, que, de acuerdo con las opiniones vertidas, recordaba en mucho a los argumentos contra la propuesta de Bassols, es decir, “arrebatar” el derecho primario de los padres de familia a educar a sus hijos en cuestiones sexuales. Los argumentos aparecidos en la prensa eran en el siguiente tenor: “…es inmoral justificar que la masturbación es normal y natural… Si el sexo se viera a través del prisma biológico, en México no se superará el ‘machismo’, que hace que el hombre vea en la mujer un mero objeto de diversión y que da hasta un 40% de hijos naturales en varios estados de la República”. Más adelante señalaba: “La evolución no es un proceso orientado, planificado o dirigido por algún ser superior o por la naturaleza… No nos oponemos a que se expongan teorías, sino al dogmatismo absurdo de un gobierno que se empeña en introducir el evolucionismo, para negar la existencia y la intervención de Dios…” El desplegado de la UNPF cerraba su argumento con un fuerte desafío: “Padre de familia: consulta lo que no entiendas con personas de quienes estés absolutamente seguro de su sano juicio y aléjate de los saboteadores o ‘paleros’ que te dirán todo lo que afirma la SEP.”
Los argumentos en contra señalaban cosas extremas como: incitar a los jóvenes a iniciar una vida sexual rápidamente; mostrar pornografía en los textos; invadir el espacio familiar al hablarles, sin la autorización de los padres, de valores poco “recomendables para su edad”, “de cosas sucias” e incluso “no cristianas”, “atacar la paternidad responsable”, “el uso de anticonceptivos”, pero sobre todo desconfían de la preparación del docente para manejar estos temas.
La guerra de declaraciones tanto de las posiciones a favor o en contra fueron muchísimas, algunas sólo terciaban al hablar de algunos temas recurrentemente señalados y, en muchos casos, sin conocer la propuesta o el contenido completo del libro. Por su parte, la actitud de la SEP fue de no abandonar el proyecto, defendiendo la reforma, respondiendo a los argumentos en diversas oportunidades y retomando las opiniones pertinentes para incorporarlas en futuras ediciones: “La reforma educativa es atacada porque estimula en las nuevas generaciones una actitud crítica y no trata de alienar al pueblo. Las nuevas generaciones no pueden ignorar que los países se conforman y adquieren identidad a través de profundos movimientos sociales…”.
Hay otra declaración ilustrativa a este respecto: “…los juicios emitidos por los obispos mexicanos acerca de los libros de texto gratuitos… coincide con la actitud y la campaña de rumores y falsa información que realizan sectores oscurantistas y retrógrados en contra de las instituciones nacionales…”.
A pesar de las resistencias, como el robo de libros en algunas ciudades del norte del país, o amenazas a varios docentes que manifestaron apoyo a los libros, éstos se mantuvieron sin modificaciones significativas por más de 17 años.
Notas.
Discursos de campaña, 15 de noviembre de 1969.
Véase Aportaciones para la Reforma Educativa, México, Secretaría de Educación Pública, 1971.
Véase El Universal, 4 de junio de 1971
Salcedo Aquino R. “El desarrollo de los Libros de Texto Gratuitos”, Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos, Comisión Interna de Administración y Programación, Seminario sobre los Libros de Texto Gratuitos, ponencia presentada el 22 de abril, 1981.
Véase Villa Lever, Lorenza, Los libros de texto gratuitos. La disputa por la educación en México, U. de G., 1988, p. 169.
Ibid, p. 169.
Ibidem.
Véase la Ley Federal de Educación, 29 de noviembre de 1973.
Ibid.
Villa Lever, L., Op. Cit., pp. 166-169.
Véase el libro del maestro.
Varela, R. “Aciertos y críticas en el libro de texto de ciencias sociales, sexto año”, citado por Ernesto Meneses, Tendencias educativas oficiales en México,1964-1976, México, CEE, UIA, 1992.
Villa Lever, L., Op. Cit, p. 198-199 y Latapí, Pablo, Política educativa y valores nacionales, México, Nueva Imagen, 1979
El Universal, 6 de enero de 1975.
Excélsior 3 de febrero de 1975
Excélsior 3 de febrero de 1975
Declaración de Bravo Ahuja durante la asamblea con los miembros de la X sección del SNTE.
Excélsior, 13 de febrero 1975.
En la edición de 1983, al menos algunas medias verdades se complementaron con los actos de crueldad de Stalin y las consecuencias de la dependencia científica, económica y política de Cuba respecto de la URSS (p. 59), citado por Ernesto Meneses, Op. Cit., p. 303.
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