domingo, 22 de noviembre de 2009

Luego del 68

Agrego a la lista de lecturas, la escrita por Gilberto Guevara Niebla en la revista Educación 2001 sobre las influencias del 68 en el campo de la educación. Vale.


La influencia de 1968 en la educación

Gilberto Guevara Niebla

Quiero enunciar algunas tesis sobre la repercusión del movimiento estudiantil de 1968 sobre el desarrollo de la educación. Visto en perspectiva universal, 1968 simbolizó un cambio cultural que algunos identifican como ruptura mayor en la evolución en la sociedad moderna y otros como principio del llamado orden posmoderno. En el plano de las ideas, dijo Rossana Roznada, que 1968 “era un momento de cambio, de esos que cambian la conciencia y la memoria, en los que coagulan largos procesos precedentes y se anudan largos procesos por venir”. En los años siguientes, algunos pensadores europeos alimentaron con sus obras los anhelos transformadores que había condensado la revuelta estudiantil: Althusser, Lacan, Foucault, Bourdieu, Barthes, Derrida, etcétera. En verdad que en México las expresiones ideológicas entre el estudiantado fueron relativamente pobres y que el movimiento de 1968 se redujo a expresar demandas políticas elementales, pero el efecto global del fenómeno 68 fue politizar y despertar anhelos de transformación social en el medio universitario que se canalizaron de diversas formas. Muchos activistas vieron en la educación un terreno alternativo para buscar el cambio social y, en muchos casos, los experimentos educativos se inspiraron en la obra de los autores del post-68 europeo.
1.-Antiautoritarismo.- Los efectos fueron múltiples y de diverso tipo: como todos los movimientos estudiantiles de su tipo, el 68 mexicano proyectó un espíritu antiautoritario que cristalizó en cuestionamiento a la estructura jerárquica que prevalecía en la escuela y en la universidad y en forma de propuestas para la democratización de estas instituciones. Por lo mismo, en el plano de las ideas pedagógicas, los acontecimientos de 1968 dieron actualidad a formulaciones antiautoritarias, desde las más elementales, como el regreso a la educación activa de base roussoniana, hasta las más sofisticadas, como la pedagogía institucional de Loreau y Lapassade, deudora de la Internacional Situacionista (“La cuestión central de toda política, decía Castoriadis, es la cuestión de la institución”).
2.- Escuelas activas.- Un espíritu antiautoritario invadió a México en el post 68. Los años siguientes presenciaron un florecimiento de las escuelas activas que se inspiraban en diversas teorías pedagógicas (Neil, Montessori, Freinet, Piaget, etc.,). Este espíritu antiautoritario permeó por igual a instituciones educativas públicas y privadas; en algunos casos tomó la forma de proyectos, en otros, cristalizó en prácticas informales. Por ejemplo, ostensiblemente, las relaciones maestro - alumno dentro de la educación pública primaria y secundaria se alejaron aceleradamente del viejo esquema autoritario pero ese relajamiento fue un fenómenos tácito no contemplado por las normas pedagógicas institucionales.
3.- Desescolarización.- Desde una postura que se puede calificar de ácrata, a principios de la década de los setenta Ivan Ilich hizo una crítica global a la institución escolar y lanzó su célebre fórmula de “desescolarización de la sociedad”, tesis que se proyectó en la pedagogía a través de diversos planteamientos, entre otros, la propuesta alternativa de “Home education” (Educación en el hogar) que lanzaron en Estados Unidos autores como John Holt y otros. En México que yo sepa, las formulaciones de Ilich sólo se proyectaron en experimentos marginales.
4.- La Escuela como aparato ideológico.- Una crítica semejante, aunque inspirada en el marxismo, fue la que realizó Luis Althusser a través de su fórmula de los “aparatos ideológicos de Estado” y, según la cual, la escuela, en tanto uno de esos aparatos, se hallaba determinada por los fines últimos del estado capitalista que era la reproducción en conjunto del sistema. Esta teoría alentaba un “pesimismo pedagógico” toda vez que los educadores veían su acción como prisionera de un mecanismo institucional insensible a sus deseos y que sólo obedecía a los intereses del estado que eran los intereses del capital. Desde esta óptica, la institución educativa fue juzgada como una entidad inmodificable, esencialmente generadora de las perversiones del capitalismo y a consecuencia de ello, hubo quien propuso, explícitamente, destruirla.
5.- Reproduccionismo.- Otra teoría reproduccionista de base marxista y apoyada en trabajo empírico, de gran influencia sobre el pensamiento educativo fue planteada en el libro La reproducción. Elementos para una teoría del sistema de enseñanza (1970) de Pierre Bourdieu y Jean Claude Passeron, obra que alentó fuertemente el sociologismo en el campo de la educación. La idea de una esencia cultural clasista funda el estudio de Baudelot y Establet (1971). La escuela capitalista en Francia, en donde se sostiene que el sistema educativo no es unitario sino que se divide en “redes escolares” cuya función es reproducir las desigualdades culturales de clase. Paralelamente, en Inglaterra y desde la perspectiva sociolingûista, Basil Bernstein propuso una explicación de los efectos desiguales del fenómeno escolar en base a habilidades lingüísticas, diferenciadas según clase social, que los niños adquieren en sus hogares. Los niños provenientes de hogares de clase obrera dominarían un “código restringido”, mientras que los provenientes de clase media y alta serían portadores de un “código elaborado” y estos códigos tendrían efectos determinantes sobre la distribución del éxito y el fracaso escolar.
6.- Freire.- En México, muchos activistas del movimiento de 1968 se convencieron de que el fracaso de la lucha democrática formal, pacífica y legal que habían desarrollado entre julio-diciembre de ese año había demostrado que el peso político específico del estudiantado era pobre e irrelevante para la realización de un verdadero cambio social y/o que los métodos de expresión política eran insuficientes para proveer la deseada transformación, estos estudiantes optaron por abandonar la universidad como ámbito de acción política y se abocaron a hacer trabajo social en las comunidades populares. En esa situación cobró renovado valor la educación de adultos y la tarea de la alfabetización, un terreno en el que tuvieron fértil aplicación las ideas del brasileño Paulo Freire que ofrecía un método alfabetizador que permitía, al mismo tiempo, “politizar” a los alfabetizados.
7.- Política educativa.- En materia de política educativa, 1968 desencadenó en México una transformación del sistema educativo que tuvo su realización más significativa con la reforma de 1972 y 1974 cuando se cambiaron los planes de estudio de educación básica (preescolar, primaria, y secundaria), se gestó una nueva red de escuelas técnicas, se lanzaron proyectos innovadores en el nivel de preparatoria (CCH’S) y se realizaron cambios diversos en la educación superior.
8.- Educación superior.- Pero el plano donde el conflicto de 1968 tuvo mayor repercusión educativa fue el de la educación superior en donde, de entrada, proliferaron ideas y propuestas para modificar los sistemas de gobierno y la organización académica de la universidad. Algunos proyectos de cambio provinieron de las filas políticas oposicionistas: en medio de la tormenta del 68, José Revueltas lanzó una propuesta de autogestión que, aunque interesante, tuvo poca repercusión en la práctica educativa. En cambio, la propuesta de “autogobierno” que hicieron desde el principio los estudiantes de Arquitectura de la UNAM tuvo un éxito insospechado. Esta propuesta, de inspiración anarquista, tenía como base un sistema de gobierno escolar de democracia directa fundada en la “ásamela general” e incluía una nueva visión con una orientación urbanista y de atención a las necesidades de vivienda popular, de la arquitectura. La experiencia de autogobierno en Arquitectura al calor de la lucha estudiantil pero se continuó después de levantadas las huelgas hasta institucionalizarse, no obstante, pronto fue pasto de las querellas y pugnas entre grupos radicales que, acabaron por destruir el proyecto.
8.- Medicina comunitaria. Una experiencia semejante que creció bajo el efecto de 1968, fue el “Plan A-36” de la Facultad de Medicina (UNAM) en el que se proponía, como alternativa a la práctica médica curativa, especializada y hospitalaria, una forma de medicina preventiva y comunitaria que se inspiraba en los “médicos descalzos” de China. Este esfuerzo, empero, enfrentó la oposición política del gremio médico y con el tiempo fue remodelado en función los intereses políticos y mercantiles dominantes.
9.- Nuevas instituciones.- La política de reconciliación entre el estado y los sectores intelectuales que implementó el presidente Luis Echeverría Alvarez se concretó en medidas de esta índole: a) aumento global del presupuesto dedicado a la educación superior (con sacrificio parcial del dinero dedicado a educación básica) y b) creación de nuevas instituciones con organización técnico-pedagógica innovadora, por ejemplo, la Universidad Autónoma Metropolitana (1974), Universidad Autónoma de Aguascalientes (1973), la Universidad Autónoma de Baja California Sur (1973), el Colegio de Bachilleres (1975) y, dentro de la UNAM el Colegio de Ciencias y Humanidades (1971) y las Escuelas Nacionales de Estudios Profesionales. En estos espacios se pusieron en práctica nuevas carreras, nuevos planes de estudio y nuevos sistemas de enseñanza, un terreno de experimentación pedagógica sin precedentes en México.

Fuente: Educación 2001. Revista de educación moderna para una sociedad democrática, México, D. F., # 41, octubre de 1998, pp. 4-6 (Suplemento universitario)

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